
“Ir por los caminos siguiendo la locura de nuestro Dios, que nos enseña a encontrarlo en el hambriento, en el sediento, en el desnudo, en el enfermo, en el amigo caído en desgracia, en el que está preso, en el prófugo y el emigrante, en el vecino que está solo. Ir por los caminos de nuestro Dios que nos invita a ser actores políticos, personas que piensan, movilizadores sociales”.
“Pongamos el corazón en las cosas terrenas, pongamos la caridad de Cristo y así todo es suave en la vida. No hay violencias”.